lunes, 9 de septiembre de 2013

Hoy vi...


Hoy vi un paraguas negro
durmiendo en la vereda
tan triste y olvidado
que parecía muerto.
Y ensayé para nosotros
algunos tristes versos.
Los escribí en la mañana,
con humo y con viento,
sin rima y sin pericia,
por falta de tintero.
Hablaban de un París viejo
que vos y yo nunca tuvimos,
pero perdimos en silencio.
Ese París que nunca tendremos,
donde viviremos cuando viejos,
azul de tanta calle gris,
mojado de tanto cuento,
tan tuyo y tan mío,
tan grande,
tan pequeño.
Pero di un paso
y luego otro,
empujado por el sueño.
Y en cada paso dado
se fueron diluyendo
mis versos inútiles
dejando en mis dedos
tu piel de mañana
en la mañana
donde duermes
en silencio.

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